Tras una semana en la que el brindis fue el gesto más aceitado de las jornadas, me aventuré a pensar que todas las personas a mi alrededor resultan ser mucho más sensatas que yo.
Por fortuna, y sin el acopio nuevas o concluyentes evidencias, agito hoy mi manito y despido a esa idea loca loca que vuela hacia quiénsabedonde.
Epigrafe: la foto ilustra cómo una aguilucha se lleva la idea loca hacia zonas remotas de mi pensamiento
|