(que me encantaron)
Amor o enamoramiento I
El riesgo de sobrevalorar a alguien es degradarlo a continuación. El enamoramiento idealiza (alucina) al otro hasta límites insospechados. Es así por necesidad y no por error o inmadurez. Necesitamos inventar un dios para encender velas a su nombre. La fase alucinatoria del amor es como la primera versión de un texto en literatura. Sin ella no habrá segunda ni tercera. No tendríamos ninguna base para trabajar sin esas frases torpes del comienzo. El primer beso bajo las ramas de un árbol es de cualquier modo inolvidable. Pero la luz que asoma entre las ramas deberá ser luego confirmada. Si el fulgor sobrevive al hastío, a los platos sucios, al mail descubierto al azar con trampa manifiesta, al acto rutinario de sacar la basura después de las 9, entonces sí, la historia se pondrá mejor que nunca. No está de más (igual) permanecer atentos. El riesgo de sobrevalorar a alguien es degradarlo a continuación.
L.
Consecuencias
Cada cosa que hacemos tiene consecuencias. Llamar a alguien. Pronunciar una palabra. Escribir un mensaje y no responder a otro que recibimos. No existen los actos gratuitos. Si tendemos un puente alguien querrá cruzarlo. Si lo destruímos habrá una persona que tal vez no pueda pasar. Si golpeamos una puerta es posible que alguien abra. Y después (maldición) habrá que hacerse cargo. Atención. Hacerse cargo de algo no es bien visto. Cuidado con lo que hagas. Tarde o temprano tendrás que pagar las consecuencias.
L.
|