Y así, cuando estés un poco resignado y aún tentándome con tu pinta de dulce recién salido de la fábrica, te voy a quitar la ropa hasta encontrar tu piel color granos de café. Para hacer entonces, con el deshecho desenvuelto, un bollito de metal. No vas a poder usar ese traje de nuevo (I`ll be sooo sorry little bunny, little perry). Y, mucho pero mucho menos, podrás escaparte de mis fauces adictos a la dulzura con tolerancia al empalagamiento.
¡Tus días están contados conejito playboy de chocolate!