Dale, no seas tímido!

Las noticias son buenas si vas a dar batalla pues lo quieras o no allá afuera hay una guerra, no sirve que te escondas ni que vivas rezando; cuando la muerte se alza siempre acaba encontrando. (GF)

Soy un collage de non.fiction y letras encriptadas

jueves, 18 de febrero de 2010

Grandes subversiones mínimas


No creo en Dios, tampoco en los santos ni en la Torá menos en los muertos pero si, creo, un poco en esto .



miércoles, 17 de febrero de 2010

Ni Pi


Caían en la puerta de mi casa. Boqueantes, desesperados. Un espectáculo sangriento para una nena de 9 años. Pero allí estaba yo con mi compañera de aventuras diabólicas. El pelo bañado en talco perfumado, unas calzas fosforecentes, escalando sobre los tacones de mamá. Con ese look de viejas esmirriadas, aunque nuestro calendario no llegara la década, asustábamos a los vecinos distraídos de Villa Santa Rita.

Ese día en que mi hermano me había repetido una vez más que él iba a triunfar en la vida y yo no, lo encontré. Sin plumas, tenía la tapa del huevo pegada como un casquito a la cabeza y abría el pico sin parar como un pez afuera del agua. Aborto de la naturaleza, esta vez sí: había caído del árbol que se metía por las ventanas de mi habitación. Con mi amiga enana infernal tramamos el ritual. Ecuménicas y progresistas no podíamos decidir su fe por él. Apenas si lo conocíamos. El plan fue simple: con una birome dibujamos sobre una servilleta amarilla las seis puntas de una estrella de David, los dos palos de una cruz y la luna de Mahoma. Un minuto de silencio, vecinos. Todo pajarito merece un entierro justo.

domingo, 7 de febrero de 2010

Mis primeros pasitos torcidos en el mundo de las letras



Esta es una confesión tardía. Si mañana la policía del derecho de autor toca mi puerta, sabrán –silenciosísimos lectores- que mi intención es de redención. No me jacto en el crimen, ni en el buen uso que hice de una creación ajena.
Tal vez desde la panza de mi mamá, recuerdo desde que soy muy chica que mi papá siempre me regalaba libros. En mi cumple de 8 yo esperaba alguna Barbie princesa, que nunca tuve como las que tenían mis primas: Barbie negra, Ken ejecutivo, pero recibí de mi padre seis o siete libros de cuentos o novelas para lectores jóvenes. Así como por fuerza de imposición o por confusión de niña inexperta, mi primera publicación tuvo origen en un uso desviado de los textos (por decirlo finamente).
Un buen día me decidí a participar en la revista Billiken de la sección que más me gustaba: De Todo un Poco, con mi poesía preferida que al día de hoy la repito de memoria. Casi casi como si fuese mía. Arranqué una hoja Rivadavia y escribí con letra de hormiguita:

Un canario que ladra si está triste
Que come cartulina en vez de alpiste,
Que se pasea en coche
Y toma sol de noche
Estoy casi segura que no existe.


Florencia Golds

Después vino el tiempo de espera e intriga. En cada edición era hacer volar las páginas hasta la última. Una mañana me ví en un recuadro. La alegría se expandió por las habitaciones de mi casa. El texto estaba acompañado por una ilustración divina de un pajarito en un autito con una sombrilla en la cabeza. Ahí caí en la cuenta de mi craso error: olvidarme de citar a la autora, la sra. María Elena Walsh. Tengo la imagen de mi papá hinchado de alegría, mostrándole la página a sus amigos y estampándome un beso ruidoso, hoy cuando publican una nota mía lo sigue haciendo. Aunque ya por suerte y con más cuidado, lo juro Sr. juez, aprendí a no plagiar.

miércoles, 3 de febrero de 2010

No puedo parar ya no tengo dudas


Crucé la fontera con 15kg sobre mi espalda, transpirada, satisfecha. Me ayudó un gendarme que, a diferencia de la mayoría de su especie, fue solicito con mis preguntas y mi apuro de turista en los bordes del mundo. Con un rayo de sol clavado en mi mollera y bolsas de regalitos en las manos, puse los pies de vuelta en la tierra natal. En el camino cercano al límite, bajo de una autopista, en un poste inaudito lo vi: 1° Encuentro Latinoamericano de Teatro del Oprimido. Voy a sacar una foto para Lore, mi amiga argento-guatemalteca, militante de los derechos de los indígenas, de educación x el arte, vegetariana. Extremista AmigaHermana.

Viajar es crecer, conocerme, reafirmarme. Pensar con nuevas palabras los viejos problemas. O por lo menos eso me pasó a mí. Me llevé tan bien conmigo que me cansé de mi vieja yo y decidí empezar a quejarme un poco menos. Me cansé del pájaro carpintero que repiquetea en mi cabeza y en los discursos de los que me rodean. Me dí cuenta del agotamiento que transmite el pajerismo ricachón y burgués con el que lidio todos los días. El de ensimismarse hasta caer en las insólitas profundidades del propio ombligo.

Ya venía entusiasmada y removiendo en mí misma mis ganas de activar desde el año pasado.
¿Pero cómo hacer desde un trabajo que me ata 9horas en un escritorio? Usemos lo conocido, lo que manejo todos los días sin creatividad alguna, pensé y me sumé a una idea ajena y abierta a los que quisieran colaborar. Cada vez me siento más lejos de los protestones de salón. Y no digo que sea fácil hacer. A mí algunas formas de participación también me cuestan, pero cada día estoy más convencida de que se pueden cambiar los modos. Trabajar en colectivo para todos.

En medio de la ruta después de tomar esa foto, me la encontré a mi amiga Lore. De Guatemala a Jujuy, de incógnita, de sorpresa, asistía al encuentro Latinoamericano. Nos abrazamos y la sonrisa fue indeleble durante varios días. Presenciamos un par de obras de teatro del oprimido. Debates en el público y posterior actuación. La incomodidad inicial (¿intimidación?) de poner en palabras la opresión que vivimos todos todos los días. La violencia verbal, indirecta o directa de los que no pueden con sus propias vidas y avanzan sobre las vidas de demás. Hablé con más de una persona que trabaja en arte y acción social para intentar torcer este presente indiferente y mentiroso que veo hace ya mucho y del que yo también intento despegar.

Insuflada estoy. El pecho se me infla aunque los cactus humanos que se cruzan en el camino me miren con sus agujas deseosas. No puedo parar, me prendo en todas, casi no me reconozco de lo optimista. Con menos plata que el año pasado y los mismos riesgos de perder mi casa o mi trabajo. Pero estas ganas de mover, a las que me aferro como para sostenerme de un poste en medio del tornado, son nuevas. Creo poder redistribuir la energía de siempre en cajitas de formas desconocidas.

Proyecto documental, ciber-activismo, teatro, cocina y trabajo me tienen vivita y coleando. Y a los escépticos.egoístas.modernosos les advierto que podrán arrancar todas las flores pero nunca detener la fuerza del Pétalo Power. La puerta de salida es por allá.

Y como dijo el cantor: quien quiera leer que lea.

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Que Ganesha nos ayude a liberar de paquetes y obstáculos el camino

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